Sunday, February 21, 2010

Dos de Trebol



“Al abrir los ojos, vi el Aleph.

-¡El Aleph! - repetí.

-Sí, el lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos. A nadie revelé mi descubrimiento, pero volví.”

( El Aleph-Jorge Luis Borges-1949)


Según el inútil de Joaquín, los hombres importantes creen que si cuentan sus rarezas se disminuyen. Yo creo todo lo contrario o viceversa.
Todo parte justamente después de que me quedé solo, y me acordé de los consejos que me habían dado, por años y años muchos amigos del pasado y del futuro.
Pero ese lunático encanto fluvial convertido en ciudad tampoco se quedó atrás, descubrí que es capaz de 2 cosas: remover cimientos muy enterrados y/o/u generar emociones espontáneas.
A: Carlos, lamentablemente sus exámenes toxicológicos arrojan que usted está abusando de los antihistamínicos y de los relajantes musculares…
B: Señora, yo por mi parte lamento decirle que cuando no consumo los famosos antihistamínicos y los relajantes musculares, me fumo hasta el alma…
A: Joven, para su información el alma se regenera.
Debe de haber corrientes subterráneas, latentes e implícitas que de repente salen a la superficie. Te asaltan. Te encuentran improvisadamente. Desprevenido (cof-cof). Des-armado.(¿Des-almado?)
Y aparecen encuentros furtivos. Especiales. Espaciales también. Todo auspiciado y patrocinado por el misterio del universo. (Te debo una)
Una sucesión de miradas, gestos, y sobre todo: omisiones y silencios. Esos que, a la larga, pueden terminar solidificando o destruyendo un vínculo entre dos personas.
Artificio y delirio, instalándose en un espacio intermedio, en donde la exploración y la hibridación de sensaciones claroscuras, pasan a ratos a convertirse en algo infame o indirecto y otras veces en algo muy íntimo, y perturbadoramente honesto.
Citando al otro Joaquín, pero ahora mirando directamente a la cámara número 3 digo: “ CONTIGO APRENDÍ QUE LA HUMEDAD ES ALGO QUE SE SECA Y SE OLVIDA”.Bueno, siendo honesto, eso lo aprendí contigo ( si,tú) y antes la ciudad también me había dado ciertas luces.
Un dato no menor, me lo había revelado tiempo atrás el perturbado de Ray, justo cuando había superado a la guapa Cristina,:“Cuando alguien te mira y mira también las cosas que tú miras, desaparece el terror de las cosas imaginadas.” Muy cierto. Siempre lo felicito por esa frase. Y por la que le dijo su médico de cabecera: todo lo que está escondido está esperando, precisamente, ser encontrado. Parece un poco obvio. Sin embargo la obviedad, no le resta verdad.
Otro personaje de gran ayuda fue el psiquiatra que da consejos a través de los libros. Justamente cuando dejé de buscar la perfección y asumí y no contento con eso, además ENTRENÉ mi torpeza innata, mi confusión, mi deshilachamiento y mis imprecisiones: Encontré lo que NO sabía que andaba buscando.

Anterior a eso, había dejado de dar en el blanco por un tiempo considerable. Lo nuevo y lo bueno no se reconocen de frente. Mirar de reojo despierta el deseo. Confianza. Calidez. Tolerancia a la tontería. Factores clave en cualquier tipo de vínculo.

Para cerrar esto, creo que las palabras exactas las tiene como siempre, el bueno de Federico que el 10 de enero de 1930 en Nueva York, me escribió desde el pasado:

“Pero el dos no ha sido nunca un número
porque es una angustia y su sombra
porque es la guitarra donde el amor se desespera,
porque es la demostración de otro infinito que no es suyo
y es las murallas del muerto
y el castigo de la nueva resurrección sin finales.
Los muertos odian el número dos
pero el número dos adormece a las mujeres
y como la mujer teme la luz
la luz tiembla delante de los gallos
y los gallos sólo saben volar sobre la nieve
Tendremos que pacer sin descanso las hierbas de los cementerios”

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