TANTO TONTO

“Lo más probable es que tarde o temprano se queden ciegos también ésos, además, tal como está la cosa, supongo que contagiados ya estamos todos, seguro que no queda nadie que no haya estado a la vista de un ciego, Si un ciego no ve, pregunto yo, cómo puede transmitir el mal por la vista, Mi general, ésa debe de ser la enfermedad más lógica del mundo, el ojo que está ciego transmite la ceguera al ojo que ve, así de simple…”

(Ensayo sobre la Ceguera, 1995, José Saramago)


Me cansé de la ficción. Sí, porque hoy en día tiene muy poco campo laboral por culpa de la apabullante realidad.

Siento un profundo asco mezclado con tristeza. Una nausea que me atrasa. Después de las últimas calamidades acontecidas tengo una amargura negra.
No pensé que mi iba a corresponder ser parte de semejante espectáculo. Tenía otra percepción de los otros. Una vez más me equivoqué.

Tanta bajeza. Actitudes tan ruines. Tanto huérfano de tanta Catedral. Tanto ocioso echando a correr mentiras de patas tan cortas. Tan poco respeto por tantísima muerte. Tantos barcos abandonando a tantas ratas. Tantas pobres personas mezcladas con tantas personas pobres. Tanto tonto.

Creía tener otro concepto de mi país. Ahora pienso que cada pueblo tiene lo que se merece. El error y el horror interno se vaciaron y dejaron muy poco a su paso.

La paranoia debe ser uno de los virus más contagiosos de los que se tenga registro. Crece geométricamente, auspiciada por el nunca bien ponderado rumor, que tiene el don de propagarse a niveles insospechados.

Una de las cosas que aprendí en estos días, es que lo único que democratiza a una sociedad es la sensación de vulnerabilidad.

Ante la amenaza de un peligro incontrolable no sirven ni fortunas respaldadas ni pobrezas asistidas. Incluso los suicidas se sienten pasados a llevar, ya que no pasa por ellos la decisión de morir. Sólo en esos momentos todos nos sentimos en igualdad de condiciones.

Para el final dejo un párrafo que escribí meses atrás:

Valdivia o LLuviópolis, ciudad fluvial reconstruida sobre suelos terremoteados y maremoteados. ¿Cuando nos sorprenderás con un nuevo remezón? Por el momento, seguimos esperando: húmedos y serenamente ansiosos.