Escondite Inglés

-Viejo, te tengo una tremenda invitación.- era la voz de mi gran amigo Gonzalo Armstrong

-Dime nomás, perro, soy todo oidos.

-Te tinca ir con la Cata al Escondite Inglés?

-Con la Cata Risopatrón?

-Obvio

-Ok, pasame a buscar a las 9:47 pm.

El Escondite Ingles es un garito de apuestas clandestino, atendido por su propia dueña, Doña Roberta Dinamarca, la ex-cabrona del la casa de huifas mas grande de la ciudad, que derivó en el asunto de los juegos de azar. El "local" está ubicado en la periferia y el antejardín está plagado de cisnes de loza de todos los tamaños existentes y de unos enanitos de cerámica de variados colores.Todo muy onírico, cuasi esperpéntico.La tía Roberta es una vieja enorme, una especie de ropero de 3 cuerpos ambulante, llama la atención su boca color rubí y sus desbordantes escotes, además de un tono de voz grave y un innumerable número de joyas de fantasía en sus manos y cuello.

10:11 pm.

Llegamos los 3 a el famoso Escondite Inglés, salió a recibirnos la inabarcable Roberta, después de un efusivo abrazo a mi y a Gonzalo y de un tibio apretón de manos a la Cata, nos hizo pasar al interior del recinto. Era mi primera vez dentro de ese lugar, siempre pasaba por fuera, incluso una vez acompañé a mamá, pero me quedé en el auto alrededor de 4 horas. Con el tiempo y atando cabos descubrí que fue un ataque de ludopatía de mi santa madre.La decoración de la casa era francamente exótica. Muchas plantas artificiales y tucanes de madera colgando del techo. Al centro había una gran mesa con todos los implementos para jugar poker,canasta o bridge. Nunca he sido adicto a los juegos de azar y la verdad es que acompañé al Gonza y a la Riso (apócope de Risopatrón) para conocer en vivo y en directo a la famosa Dinamarca y el tan nombrado Escondite Inglés. Me senté en un sofá de peluche color calipso.Mis amigos se sentaron en la mesa junto a la "tía" y comenzarón a jugar poker. La apuesta mínima era de 10 lukas por persona, la plata se metía en una pecera llena de conchas marinas. Yo me dediqué a observar cada detalle de la casa y cada movimiento de mis compañeros. De pronto apareció un gato angora blanco desde el interior del garito y comenzó a caminar alrededor mio. Nunca he soportado a esos bichos y aquel digno ejemplar no fue la excepción.Por supuesto lo primero que hizo fue saltarme a las piernas, yo inmediatamente y completamente descontrolado lo tiré lejos.Doña Roberta se dio cuenta y me gritó: "Corazón shiquitito, no me perjudique a la Pelussa ". Asentí, pero altiro empecé con los estornudos(no 1, sino 20) y la maldita gata insistía en acercarse a mi, seguramente estaba en celo.Pasaban las horas y la Riso y el Gonza lo único que hacían era perder plata. A eso de las 5 de la madrugada estaban apostando hasta la ropa, la Riso y Gonza figuraban en ropa interior.Me acerqué a la mesa y les sugerí que nos fueramos porque estaban perdiendo todo.Gonzalo me dijo:"Huevón, te juro que esta es la última, todo o nada. Si llego así a mi casa mi viejo de seguro me manda a trabajos voluntarios a Santa Cruz de la Sierra". Esa frase fue suficientemente aterradora como para aceptar la petición.

"Ya shiquillos, como no les va quedando musha platita, si pierden ésta yo les voy a exigir que me cumplan con una pequeña penitencia".-

El par de idiotas aceptó sin chistar. No tenían mas opción.Como era predecible,perdieron. La Roberta se paró y fue al interior de su domicilio. Corrí hasta la mesa. A esas alturas Armstrong estaba absolutamente sobrepasado. Me dió un abrazo y me dijo:"Viejo, mañana mismo estoy construyendo mediagüas en ese acabo de mundo".La Riso, embriagadísima y sin sostén gritó:"Lindos, esto se lo vamos a contar a nuestros nietos..."

-Cállate!.- dijimos al unísono.

En eso apareció la Dinamarca con 2 abrigos de visón a cada lado."La penitencia consiste en que corran a poto pelado(sic) por la plaza de armas". " Y tú".- me dijo." tú vas a manejar la carroza que está afuera hasta la plaza". No me quedó mas opción que aceptar para proteger en algo la integridad de mis amigos. Partimos los 4. Yo chicoteando una percherona negra y el par con un abrigo de piel cada uno. Era lo único que llevaban puesto, llegamos a la plaza y se bajaron de la carroza.

" Ya, mis niñitos. Ahora los quiero ver correr.Pero sin paletó........."

Sin duda un espectáculo dantesco. 2 veinteañeros desnudos corriendo completamente ebrios por el centro de la ciudad y yo estupefacto, con un abrigo de en cada brazo y la mano de la "tía" Roberta acariciando mi escuálida pero digna rabadilla.